El problema ambiental y la contaminación del planeta es en parte culpa de nosotros los nihilistas. Sí, lo admito: soy nihilista (de qué se ríen?). Pero respecto al desastre ambiental, ¿quién no lo es? La ONU, organizaciones como el IPCC (en español: Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que es la máxima autoridad científica en la materia, y científicos se han cansado, han malgastado sus ojos y sus voces, para decirnos que nos va a llevar la huesuda si seguimos con este ritmo avorazador de consumo.
Una vez leí un artículo donde se exponía el consumo de energía que gastaban los centros de datos que albergan los sistemas de las inteligencia artificiales y mencionaba que el consumo anual era equivalente al de 175,000 familias danesas y que el entrenamiento de un modelo de IA emitía el CO₂ equivalente al de cinco coches a lo largo de su vida útil.. (¡Malditos daneses! Cómo puede ser tan alto su consumo de energía anual que lo tomen como una medida estándar)
¿Creen que yo me voy a preocupar por dejar un foco prendido cuando sé que del otro lado del mundo una familia danesa probablemente están usando todos sus electrodomésticos al mismo tiempo? ¿Cómo voy a preocuparme por no tener el ventilador prendido, si del otro lado del mundo un banquero que consume diez, veinte, veces más energía en su casa que yo, está planeando una jugada financiera para su beneficio, que va a desestabilizar la muy inestable economía de mi país?
¿Cómo voy a preocuparme por no tener el ventilador prendido, si del otro lado del mundo un banquero que consume diez, veinte, veces más energía en su casa que yo, está planeando una jugada financiera para su beneficio, que va a desestabilizar la muy inestable economía de mi país?
¿Cómo me voy a preocupar por no bañarme en un tiempo que sea dignamente posible, si Coca Cola está utilizando millones de litros de agua de la población para limpiar, procesar y producir sus productos? Si las empresas venden productos cuyo uso es rápidamente perecedero en empaques de plástico individual como las picafresas o los popotes (Pido una disculpa a las picafresas). Si cada panquecito, chocolate o dulce que me tardo cinco segundos en comerlo, tres horas para digerirlo y un día para defecarlo, tiene una envoltura de plástico que tardará quince, treinta, sesenta años en degradarse.
Yo no me trago el green wash de las empresas, cualquiera que sea. Ni de Patagonia, ni de Loreal. Mi sueño verdadero es ir a uno de los bosques creados artificialmente donde cada árbol es cultivado, cuidado y luego sacrificado para cumplir el sueño orgásmico de cualquier planta que es el de ser convertido en uno de los cuadernos de Escribe, cumpliendo así su ciclo vital por el que fue creado, a tal velocidad que los árboles que vienen detrás fueron también cultivados y cuidados en un lapso menor a un año para poder cumplir con la producción anual de la empresa. Como dijo un colega cuando trabajaba en el periódico: Si los ambientalistas supieran cuánto papel se usa para producir algo que nadie va a leer cada día.
Estoy a favor y lo considero como un camino la responsabilidad personal con el medio ambiente. Cada uno puede ofrecer un porcentaje mínimo al cuidado global del planeta, como reutilizar el agua, tener plantas, apagar las luces que no se necesiten, llevar tus toppers o bolsas al supermercado. Todas esas cosas son funcionales, sirven, ayudan. Una acción simple multiplícala por millones y hace un cambio. Yo las hago. Pero mientras nuestra cuota de consumo personal indirecto no baje, de nada pueden servir esas acciones.
Mientras sigamos cambiando celulares como de calzones, comprando ropa cada temporada, usando las redes sociales a mansalva, utilizando el carro cuando solo es una persona (y peor para ir al OXXO que está en la esquina), cuando sigamos consumiendo botellas de agua embotelladas… yo hago muchas de esas cosas, pero ya les dije que porque soy un nihilista.
A veces simplemente no puedes sobrevivir en esta dinámica si no te apoyas de esos objetos de consumo: si tu jefe te descuenta por llegar tarde o te puede correr y así perder tu principal fuente de ingreso, claro que voy a pedir un Uber aunque se incendie un bosque de Canadá. Si el sol de la tarde quema con toda su fuerza debido al calentamiento global y no hay ningún rincón para ponerse a salvo porque los gobiernos y los ciudadanos destruyeron todos los árboles para mitigar ese calor, claro que voy a comprarme un agua embotellada para no morir de insolación, aunque eso ocasione que un río de Costa Rica desaparezca.
Si el sol de la tarde quema con toda su fuerza debido al calentamiento global y no hay ningún rincón para ponerse a salvo porque los gobiernos y los ciudadanos destruyeron todos los árboles para mitigar ese calor, claro que voy a comprarme un agua embotellada para no morir de insolación, aunque eso ocasione que un río de Costa Rica desaparezca.
Puede que digan que estoy exagerando y es verdad, pero en realidad mis ejemplos ilustran situaciones de problemas vitales donde está de por medio la subsistencia al que se enfrentan millones de personas cada día. ¡Sin embargo existen personas que estarían dispuestos a sacrificar una selva en Brasil, a cambio de poder seguir teniendo aire acondicionado en su carro o tener un departamento con vista al mar! Hasta que todo el sistema no empiece a configurarse, por mí que se contamine el Río Bravo.
No se puede hacer nada. Ya lo dijo Nicanor Parra: «Buenas Noticias: la tierra se recupera en un millón de años. Somos nosotros los que desaparecemos».
