Hay instituciones que los ciudadanos mexicanos confiamos con recelo. Si no lo hacemos ¿qué nos queda? Obviamente no estoy hablando del Ejército Mexicano. Durante años se han documentado los abusos que han cometido, la corrupción que reina dentro de su estructura y hasta sus vínculos con el narcotráfico y otros grupos criminales. Solo recordar cómo el gobierno mexicano buscó a toda costa regresar al general Salvador Cienfuegos después de haber sido detenido en Estados Unidos para que rindiera cuentas de todo lo que había hecho durante años como jefe de las Fuerzas Armadas de la mano de los gobernantes en turno. Qué no le encontraron para que México jugara la carta de Relaciones Exteriores para regresarlo a toda costa.
Bajo este contexto, es que se concibió Heroico. David Zonana, el director, busca mostrar a todas luces esta dinámica. No lo hace desde la punta de la pirámide (o no de una forma directa) sino que lo hace desde las bases: los jóvenes que recién se alistan. Algo así como Full Metal Jacket, esa obra de Kubrick donde se mostraba los excesos a los que eran sometidos los novatos para endurecer su carácter y mandarlos a la guerra. El sargento de Infantería Hartman en aquella película revivió en Eugenio Sierra, el jefe militar de Heroico , uno de los personajes más oscuros que yo he visto retratados últimamente en el cine. Luis, el personaje principal de Heroico, tiene su modelo en Leonard Lawrence.
Más allá de estos paralelismos, la película ofrece una reflexión más compleja de estos reclutas, quienes su contexto ha obligado a enrolarse a esta institución que, al menos en el primer año, hará de su vida un infierno. Surge entonces la pregunta: ¿Para estos jóvenes solo hay dos opciones: el narco o el Ejército? ¿Qué es peor? Everardo González en su más reciente documental Una jauría llamada Ernesto nos da la perspectiva de los jóvenes reclutados por el narco. No hay mucha diferencia a lo que nos muestra Heroico: violencia extrema, desapariciones, personas llevadas al límite, abusos, etc, etc.
¿Para estos jóvenes solo hay dos opciones: el narco o el Ejército? ¿Qué es peor?
Pero bueno, esto es una película y como toda película requiere estar bien contada. La realidad es que lo está. Me gustaron sobre todo los personajes, que están envueltos en su propio drama personal y puedes sentir el sufrimiento al que son sometidos y la crueldad de los otros que se demuestra en cada gesto, cada acción y cada mirada. Sin dejar de lado las escenas bien construidas cuya imagen transmite esa incertidumbre de que en cualquier momento puede aparecer el horror en toda su magnitud en manos de quienes se suponen nos deben cuidar, que no difieren mucho de quienes han instaurado el terror en México. Recomendable no dejarla pasar.