La FIL feat España terminó. El alcalde de Barcelona en 2023 fue el responsable de sabotear la sorpresa del nuevo invitado para 2025. Vindran les flors es el bonito lema. Para algunas personas Barcelona significa repetir un poco la edición de 2024, aunque yo no lo considero así. Barcelona es sinónimo de libros, editoriales y librerías. La tierra donde se celebra Sant Jordi tendrá buena representación en Guadalajara en 2025. Pero hablemos de la edición que pasó.

Casi un millón de personas asistieron a la Feria, lo que me sorprendería más si excluyéramos de esa cifra a los adolescentes de escuelas y descubriéramos la cifra real de gente que asistió sin cumplir un deber escolar. Pero, más allá de eso, siguen siendo buenas cifras para una FIL que sigue recuperándose después de la pandemia.

Grupo de gente de un recinto, pantalla circular que dice España
Crédito: Alfredo Campuzano

“Estamos en números negros”, dijo Marisol Schulz, directora de la FIL, lo que en términos coloquiales se traduce a que quedaron tablas; bueno, se ganaron poco más de setecientos mil pesos. Durante la feria, platiqué con una periodista sobre los cambios que ha habido a lo largo de los años y concordamos que en esta edición se vio un aumento de publicidad. Hasta había venta de calcetines de una reconocida marca al inicio de la feria, calcomanías de cierta compañía de streaming en paredes y una empresa de lentes hipsters patrocinó los espectáculos del Foro FIL. 

Respecto a los contenidos, la FIL vuelve a demostrar que es la feria editorial más importante de Hispanoamérica. Como cada año tiraron la casa por la ventana para traer a pesos pesados relacionados con el libro y la ciencia. Asistieron a la feria Premios Nobel, autores y autoras de primer nivel, bestsellers, influencers, músicos, estrellas Michelin, divulgadores y científic@s. Hasta pudimos ver a la actriz Yalitza Aparicio y a la activista Phan Thị Kim Phúc. Para todos los gustos, vaya. 

Con relación a la programación, a Cristina Rivera Garza se le salió decir que probablemente el programa de FIL Ciencia estaba más interesante que el de FIL Literatura este año. A su lado estaba Mia Couto quien probablemente no la entendió (entendía poco el español), pero es una idea de la perspectiva de la frase.

Ferrán Adriá, Paco Calvo, Ándres Cota, Teresa Paneque, entre otr@s, fueron los encargados de enseñarnos sobre cocina, astrofísica, arqueología, biología, neurociencias y matemáticas. Perdón, se me olvidó mencionar a un tal Morten Peter Meldal, Premio Nobel de Química de 2022.

Hombre adulto mayor y un celular tomándole fotos
Mia Cuoto fue el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2024. Crédito: Benjamín Torres

Por otra parte, Sergio Ramírez, el escritor nicaragüense que está exiliado en Madrid, fue el encargado de hacer la curaduría del programa literario de España, lo que se tradujo en Irene Vallejo, Elia Barceló, Marta Sanz, María Sánchez, María Dueñas, Javier Cercas, Luis García Montero, Manuel Vilas, Jon Bilbao, entre otros muchos escritores y escritoras del país ibérico que vinieron a demostrar que calidad la tienen y de sobra.

Sin embargo, la otra delegación de literatos conformada por las demás nacionalidades fue de gran nivel. Estrellas, dirían los que les gusta el futbol. Para mí, el escritor László Krasznahorkai, Premio Fomentor 2024, es quien encabezó ese grupo. Le siguió Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de literatura 2021. Lo digo en este orden porque respecto a galardones, actualmente el Premio Formentor es más prestigioso que el Premio Nobel, desde mi humilde perspectiva. En un artículo posterior hablaremos más de ese tal László MuchasConsonantes, que vino a dar su discurso de premiación en el marco de la Cátedra Cortázar

Mia Couto, el ganador de este año del Premio FIL de Lenguas Romances, también estuvo cotorreando un rato con el público; muy simpático, muy divertido y muy ocurrente. Gabriela Cabezón Cámara, la Premio Sor Juana Inés de la Cruz, también estuvo dando y repartiendo. Rita Segato reventó los salones donde estuvo. Ellas y ellos fueron los headliners. 

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László Krasznahorkai, Premio Fomentor 2024, en conferencia de prensa en la FIL. Crédito: Benjamín Torres

La lista del grupo de Latinoamérica la iba encabezar, a mi parecer, Fernanda Ampuero (considerando que Gabriela Cabezón Cámara como premiada está en otra categoría), pero lamentablemente mencionó en sus redes que no pudo asistir a presentar Visceral, su más reciente libro, por problemas relacionados a su salud. Pero aun con esta ausencia la lista fue de un alto nivel: Gioconda Belli, Felipe Restrepo Pombo, Erick Mota, Patricio Pron, el mismo Sergio Ramírez, que cada año viene, Héctor Abad Faciolince, Lina Meruane, Daniela Catrileo, Rita Indiana, Denise Phé-Funchal, Basilio Belliard y Mariano Beriguete. 

Yo, en lo particular, conocí a dos jóvenes escritoras que seguramente en los siguientes años escucharemos oír más hablar de ellas: Larissa Rú, dos veces Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Costa Rica, y María Chávez, Premio David de Ciencia Ficción de Cuba. Sus entrevistas para Desnos Editorial están en la congeladora.

De representación nacional vino Neige Sinno (que no es mexicana pero casi) a presentar esa revelación llamada Triste Tigre. Diego Enrique Osorno presentó En la Montaña, recientemente ganadora con el Premio Anagrama de Crónica; también estuvo junto a Froylán Enciso durante la presentación de su libro De Sinaloa para el mundo. Economía política del narcotráfico.

También vinieron Juan Pablo Villalobos, Brenda Navarro, Gabriela Jauregui, Olivia Teroba, Isabel Zapata, Jazmina Barrera, Julián Herbert, Cecilia Eudave, Dahlia de la Cerda, Ave Barrera, etcétera, etcétera. Ah, y Paola Llamas Dinero, quien presentó su Poema para Otakús y fue una de las organizadoras de Escupitajo Tix-Tix – Volumen III, un evento de poesía alternativo a la feria.

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Presentación de "Triste Tigre" de Sinno Neige (centro) con Julián Herbert y Sylvia Georgina Estrada. Crédito: Benjamín Torres

No podía dejar de lado comentar la asistencia de muchos editores y editoras de las editoriales independientes de la región, ya sea dando conferencias, haciendo negocios, descubriendo talentos o platicando con las personas que les pedían consejos para comprar sus libros. Por mencionar algunas relevantes: Godot, Gris Tormenta, La Pollera, Fiordo, Concreto, Uruk, Elefanta. En lo particular, Salvador Cristófaro, de Fiordo, me respondió la duda de por qué coexisten libros de la escritora argentina Sara Gallardo tanto en su editorial como en la española Malas Tierras, y el poeta Mario Bojórquez, de Círculo de Poesía, me contó cómo descubrieron la poesía de Al Berto, que está en su catálogo en su increíble Tres Cartas de la memoria de las Indias.

Dos hombres en pose de luchador sosteniendo un libro
Froylán Enciso y Diego Enrique Osorno en la presentación de “De Sinaloa para el mundo. Economía política del narcotráfico”. Crédito: Benjamín Torres

Pero no todo fue jijijís y jajajás. Tres eventos ensombrecieron el panorama de la FIL. Por un lado, el secuestro exprés que sufrió el periodista Noé Zavaleta por parte del crímen organizado en su estancia en la ciudad, quienes después de un tiempo lo dejaron en libertad no sin antes pedir dinero por su rescate a la familia; por el otro, el fallecimiento repentino del escritor mexicano Horacio Warpola durante las fechas de la FIL. Iba a estar presente en la reedición que hizo Fondo de Cultura Económica de Meth Z, el cual Horacio Warpola fue una pieza importante en la edición del libro del fallecido Gerardo Arana. No dieron más detalles del suceso. Y por último, el asalto al editor local Adrián Martínez, quien sufrió daños muy graves en su rostro al grado de tener que ser llevado a cirugía. 

También la FIL fue escenario de protestas, como la de un grupo pro Palestina que interrumpió una mesa de diálogo sobre Medio Oriente y donde hubo recriminaciones a los participantes: “genocidio”, pidieron que se le llamara a lo que está ocurriendo en Gaza; el evento se canceló. Así mismo colectivos de personas desaparecidas protestaron afuera del recinto para exigir al Estado más recursos y eficiencia en esta área, en el marco de la toma de protesta del nuevo gobernador de Jalisco. Además, un grupo de periodistas protestó por las muertes del pueblo Palestino y las personas que intentan comunicar esas noticias, es decir, los periodistas. “No se mata la verdad matando periodistas”, dijeron.

El grupo Califato ¾ también mostró su apoyo al pueblo Palestino durante su participación en el Foro FIL. Guadalajara tuvo la suerte de conocer a esta maravillosa banda que combina música electrónica con música de Andalucía. Pero también se presentaron otras grandes artistas como Christina Christina Rosenvinge, que presentó su nuevo proyecto de Los Versos Sáficos, una exploración a Safo, la poeta de la antigüedad, donde se trastoca la idea que teníamos de las mujeres y la vida de poetas; las letras de estas canciones están basadas en los pocos registros que quedaron de la poesía de Safo.

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Christina Rosenvinge presentando su proyecto "Los Versos Sáficos" en la FIL. Crédito: Benjamín Torres

Y Rodrigo Cuevas sorprendió con un show energético (bailó en la zona del público) en donde también participó el grupo de son jarocho Los Cojolites; probablemente el mejor momento de Foro FIL. Joe Crepúsculo, Tomasito y Camilo Lara hicieron bailar con su espectáculo de pop electrónico y cumbias. Además, tuvimos la oportunidad de ver el debut en Latinoamérica de María José Llérgo, las canciones de denuncia de SÉS y para quienes gustaron de shows más bohemios, Ruper Ordorika y Javier Ruibal.

Para algunos grupos editoriales este año aumentaron las ganancias. También la FIL tuvo un crecimiento en ventas, sin embargo la industria mexicana no —22% menos— como lo demostró en su informe anual la Cámara Nacional de la Industria Editorial. Y es normal, pienso. 

Los asistentes comunes y corrientes como yo descubrimos en la FIL que el costo de los libros fue alto, prohibitivo para muchos sectores, escandalosos en algunos casos. Lleva muchos años siendo un lujo comprar libros y la FIL no iba a ser la excepción. La economía del país no favorece la compra a esos precios, la verdad. Por eso se aplaude las iniciativas como la Venta Nocturna, donde la mayoría de distribuidoras y editoriales hicieron esfuerzo por ofrecer descuentos (ni te incluyas, cierto gigante distribuidor). 

Tampoco es un reproche mío ese costo, solo es una observación, pues uno estando dentro del medio conoce el porqué de ese precio. El libro, simplemente, cuesta mucho producir y llevarlo hasta el público es complicadísimo. Así que cada vez, lector/a, que vea un libro nuevo frente suyo, recuerde que el camino para llegar ahí no fue fácil. Sin embargo, la literatura es inasible. El libro digital, las páginas de internet, las fotocopias, la piratería y las bibliotecas públicas siguen y seguirán siendo siempre el mejor canal para acceder a la literatura, no el libro físico.

Grupo de gente caminando dentro de un recinto grande
Crédito: Alfredo Campuzano

Ya para terminar no puedo sino conmoverme por esta Feria del Libro. Como mencionó la planilla mayor de la FIL, es una feria que sigue creciendo y que ya está muy consolidada. A mí se me hace increíble que tenga éxito un evento que gira en torno al libro. Un objeto (un concepto) —el libro— que en la actualidad está en crisis y compite en desventaja en un entorno donde otros formatos de entretenimiento están por encima de él. Ya no es la época de los libros, lo sabemos. Sin embargo, la Feria demuestra que todavía hay un interés por él. Cada año, de todos los rincones del mundo llegan personas que viven por y de la literatura a hablarles a personas que quieren conocerlos, leerlos y escucharlos. 

En un país como México, donde el índice de lectura es de los más bajos, hay jóvenes que les sigue importando leer. Ese porcentaje es mínimo, pero es constante. Si ese fuego mediático y mercadológico como es la FIL logra despertar el interés a un pequeño porcentaje de ese público que normalmente no lee pero que la visita, se puede considerar una victoria. Una victoria contra la extinción. 

Ahora que se acabó, queda seguir resistiendo, seguir haciendo nuestras cosas y seguir leyendo. Quienes formamos parte de este mundito, nos hemos vuelto a diseminar entre la inmensa población de nuevo. Quizás nos reconozcamos en una librería de viejo o en un bar hablando de sinsentidos o nos saludemos en un club de lectura o en el transporte público con un libro en la mano. Seguiremos viendo que nada mejora, que todo es muy caro, y dudaremos si todo esto de la literatura vale la pena. Hasta que una frase de un escritor o escritora muerta (o viva) nos vuelva a estremecer de nuevo. Así hasta que llegue noviembre de nuevo. La FIL vendrá entonces a recordar lo que mueve el libro en el mundo, en la sociedad y en el corazón y las entrañas de un lector/a. Nos volveremos a reunir; mejor dicho: Ens tornarem a reunir.

Números de la FIL

  • 38edición.
  • 857 autores de 43 países.
  • 623 presentaciones.
  • Más de 3 mil actividades .
  • 124 millones 345 mil pesos de ingresos.
  • 907,300 visitantes.
  • 2,763 editores.