Felipe Restrepo Pombo (Bogotá, 1978) es periodista, escritor y editor, actualmente coordinador del Premio Anagrama de Crónica en España, además de columnista en la edición en español de The Washington Post y El País de España. Fue director durante seis años de la revista Gatopardo.
Yaheli Hernández: Leila Guerriero escribió que el periodismo narrativo es una mirada, un recorte de la vida, y “la certeza de creer que no da igual contar la historia de cualquier manera”. Con esta idea en mente, me gustaría saber cómo tú relatas una ciudad y sus historias.
Felipe Restrepo: El periodismo narrativo es un género de no ficción que toma, por supuesto, las bases del periodismo, pero que busca contar de una manera distinta, que busca ser obviamente un periodismo que se basa en la investigación, en la reportería, en el trabajo de campo, pero que tiene una pretensión de contar las historias con una mirada, con una forma distinta, con un poco las herramientas que da la literatura.
El periodismo narrativo toma las bases del periodismo, que son, como te decía, la investigación, la información, los datos, las fuentes, y todo eso lo lleva hacia una historia narrativa con características que vienen justamente de la literatura. Lo que yo he hecho durante muchos años en todos los medios que he trabajado, fue centrarme en cómo se puede contar el mundo de la cultura y dónde ocurren los fenómenos culturales a través de las herramientas que da el periodismo narrativo.
YH: Ahora que hablas del trabajo que hacías en Gatopardo, me interesa hablar de cómo es hacer periodismo, pensando en cómo son las experiencias en medios impresos y cómo eso ha ido mutando poco a poco a lo digital, al punto de que varios medios impresos migraron a formatos completamente diferentes que no nos esperábamos.
FP: No sé cómo fue. Yo llevo haciendo muchos años este tipo de periodismo en diferentes medios. Y lo que yo he visto, o lo que a mí me interesa, desde luego es discutir cómo han cambiado los medios. Antes existían revistas, suplementos de diarios, diferentes formas de distribuir el periodismo que se hacía desde una manera impresa. eso ha ido mutando con el tiempo hacia unas nuevas expresiones en el mundo digital. Y ya no nuevas porque ya me parece que deberíamos dejar de pensar que son nuevas porque ya no lo son.
Pero a mí me interesa no tanto la plataforma hacia donde va dirigido el trabajo que pueda hacer un periodista cultural, sino la calidad del trabajo periodístico que haga. Es decir, bien sea para un suplemento impreso, para una página de periodismo digital, para las redes sociales, para cualquier plataforma donde se quiera publicar, para mí lo que debe predominar es la calidad narrativa de estos textos, la calidad investigativa y lo original que sean las historias.
Toda la discusión de hacia dónde han ido los medios y sobre todo la industria de los medios, pues es un poco de no acabar. A mí eso no me preocupa tanto, no me desvela tanto saber si el futuro va a ser digital o va a ser impreso. Creo que las plataformas se irán complementando cada vez más unas a otras y la tecnología, lejos de ser un problema para hacer buen periodismo, es justamente una herramienta.
Para cualquier plataforma donde se quiera publicar, para mí lo que debe predominar es la calidad narrativa de estos textos, la calidad investigativa y lo original que sean las historias.
Los periodistas estamos obligados a conocer las nuevas herramientas y a utilizarlas, y que sean estas herramientas las que nos ayuden a contar cada vez mejores historias. A mí a veces me preocupa cuando se centra tanto en dónde se publican las historias más que si son buenas o no las historias.
Creo que hacer la diferencia entre un medio impreso y un medio digital ya no tiene mucho sentido. Son simplemente medios que se distribuyen en diferentes formatos, pero al final a lo que nosotros debemos apuntar es a la excelencia en el trabajo periodístico.
YH: Si pensamos en el entorno digital como algo autogestivo, donde tú mismo haces público tu trabajo con las herramientas digitales, creo que ahora la discusión va un poco más centrada hacia lo inmediato, a lo que está en tendencia, a lo que es rápido, a lo que genera más clics. Y si a eso le sumamos esta cosa loquísima de las inteligencias artificiales, del texto que se construye a sí mismo y cómo esto está justamente contraponiéndose a lo que comentas de la calidad, de la fiabilidad, del trabajo de investigación. ¿Cómo tendremos que replantear la escritura y el periodismo?
FP: De cierta forma este cambio de paradigma hacia la diferencia entre lo impreso y lo digital ha traído muchas dudas. Y creo que una de las principales confusiones para mí, o de los principales problemas, es que muchos medios de periodismo han querido competir con la velocidad de las redes sociales. O sea, existe Twitter, existe Instagram, existe Tiktok, ahora existe Threads, todas estas redes sociales que nacen y que cada vez son más potentes y que tienen más alcance, pero que parten de la inmediatez. Justamente el periodismo que a mí me interesa es un periodismo que se da el tiempo de pensar, de detenerse, de mirar, de observar y de crear historias únicas. No para cumplir con una meta de cifras, de alcances y de métricas.
No comparto esa idea de que el periodismo se tiene que hacer a toda velocidad, que se tiene que hacer sin fijarse en lo que interesa, sin fijarse en el mundo, sin tratar de entender el mundo. Al contrario, es la responsabilidad, creo yo, de los periodistas en general, y en particular de los periodistas narrativos, de darse el tiempo, de darse el cuidado, de trabajar, de revisar, y de pensar lo que están haciendo.
No estamos haciendo notas a toda velocidad, no estamos haciendo notas por cumplir, estamos haciendo notas para pensar, y para pensar en el mundo de la creatividad, del arte, de la creación, de cómo se hacen obras, cómo se crean obras, y cómo eso tiene que ver con un espacio, con una ciudad, y eso es un tema que nada tiene que ver con la inmediatez.
No comparto esa idea de que el periodismo se tiene que hacer a toda velocidad, que se tiene que hacer sin fijarse en lo que interesa, sin fijarse en el mundo, sin tratar de entender el mundo.
Hace un par de años hice un trabajo en una revista que se llama El Malpensante, una revista colombiana, y es un trabajo con el que gané el Premio Nacional de Periodismo en Colombia. Es el análisis, la revisión, el perfil, la historia de un pintor colombiano que se llama Luis Caballero, que a mí me interesaba mucho, y entonces hice esta historia, que justamente no tiene nada de breve, porque tiene como cincuenta páginas, diez años de trabajo. Es ese el referente que utilizo para hablar de este tipo de trabajos, no es ni breve ni corto.
YH: Podemos comparar un trabajo como este como el de una obra literaria inclusive. De repente parece que hay una brecha muy marcada entre quien hace periodismo y entre quien escribe novelas, pero con el periodismo narrativo empiezan a bordearse un poco. Tú también tienes trabajos de escritura de novelas, recientemente publicaste Ceremonia.
FR: Publiqué Ceremonia hace dos años, he publicado dos novelas y he publicado también cuatro libros de no ficción, de periodismo; yo me defino como un narrador. Un narrador que puede trabajar en la ficción, en la no ficción, que puede contar sus historias desde esas dos diferentes miradas. Obviamente la no ficción tiene unas reglas y la ficción tiene otras reglas que son muy claras, pero a mí me interesa mucho pensar en esos puntos de encuentro.
Esas metodologías, esas maneras de trabajar, al final son muy similares. Cuando trabajo una pieza periodística o una pieza de ficción, las trabajo igual. Una tiene que ver con los hechos, con los datos y la otra tiene que ver más con la imaginación y con la inventiva; pero el texto, la manera en que funciona y cómo escribo y trabajo con el lenguaje, para mí son iguales.
Me parece importante anotar que yo no quiero decir que hacer ficción o periodismo sea exactamente lo mismo. Son dos oficios diferentes, pero yo los he llevado hacia lo mismo y sí, obviamente hay mucha gente que desde mi punto de vista un poco vieja escuela hace esta diferenciación entre que una cosa es escribir periodismo y otra es escribir ficción, sí, tienen reglas diferentes y todo, pero al final estamos hablando de historias. Lo que pretendemos o lo que pretendo yo es contar el mundo bien sea desde la ficción o desde la no ficción con buenas historias.
Cuando trabajo una pieza periodística o una pieza de ficción, las trabajo igual.
YH: ¿Cómo ha sido tu experiencia al contar historias en el arte contemporáneo?
FP: El arte es un discurso a veces muy excluyente, muy difícil, sobre todo el arte contemporáneo es difícil de explicar, difícil de entender. Llevo muchísimo tiempo haciendo perfiles de creadores. Casi todos mis libros tienen largos perfiles bien sea cineastas, actores, artistas, fotógrafos. Por ejemplo, Perfiles anfibios, tiene que ver directamente con el trabajo de varios creadores.
Me interesa mucho desde el punto de vista del observador, del testigo, del periodista, contar este mundo de estos creadores. Creo que el periodismo cultural requiere sensibilidad. Una de las grandes dificultades de que quien ejerce el periodismo cultural, es que tiene que saber mucho de las disciplinas sobre las que está escribiendo, lo que implica un conocimiento del mundo del arte, de la historia del arte, de la historia de la fotografía, en fin, de las artes plásticas y una sensibilidad también especial que hay que desarrollar para contar este tipo de historias.
YH: No sé si hay una diferencia muy marcada entre un periodista social y un periodista cultural.
FR: Cuando se hace buen periodismo cultural se habla también de la sociedad y de lo político y del ambiente y del contexto. Hay un error en diferenciar justamente ese periodismo que algunos llaman periodismo duro, periodismo de investigación y el periodismo cultural, y se mira con cierta resistencia al periodismo cultural.
Tomo como ejemplo a Leila Guerriero, sus historias periodísticas que muchas veces tienen que ver con cultura y que muchas veces tienen que ver con creadores, son tremendamente políticas y hablan de un contexto y de un país y de una situación y lo explican muy bien.
Quienes hacen periodismo cultural, además de tener todo ese trabajo serio y duro del periodismo, tienen que tener una sensibilidad y una mirada interesante frente al arte. Todo el periodismo debe ser riguroso, debe partir de una investigación y de un trabajo de fuentes, de lectura, que es la base de cualquier tipo de periodismo, sea cual sea el tema que toque.
"Los medios tienen que buscar todas las maneras de llegar a la gente"
Felipe Restrepo, en su participación en Periféricos en Guadalajara
— Desnos Editorial (@DesnosEditorial) August 5, 2023
"Cuando entrevisté a Susan Sontag me advirtieron: 'A ella le molesta que le hagan preguntas tontas. El último que hizo eso le arrojó un florero'"
Felipe Restrepo, en su participación en Periféricos en Guadalajara
— Desnos Editorial (@DesnosEditorial) August 5, 2023