La serie documental Anatomía del Mal: el caso Rangel explora, en cuatro capítulos, la desaparición forzada de Héctor Rangel, Irene y Milton el 2009 en Monclova, Coahuila. Everardo González y Natalia Bermúdez, codirectores de la serie documental, toman ese caso como punto de partida para la disección de la violencia.
Esa pequeña pero increíble obra que es El queso y los gusanos ya nos enseñó cómo en la Historia, acontecimientos sin aparente importancia que sucedieron aisladamente en pequeños pueblos, pueden revelar más de lo que nos imaginamos. Carlo Ginzburg, el autor, a través de método, trabajo e ingenio, mientras expone el juicio que llevó a cabo la Inquisición sobre Domenico Scandella, un humilde molinero al que se le acusaba de herejía, va sacando conclusiones más generales sobre la cultura popular, las ideas del Renacimiento que iban permeándose y el desfase que existía con las doctrinas oficiales.
Anatomía del Mal: el caso Rangel, siguiendo su propia metodología, comprueba que efectivamente se puede hacer una radiografía de la violencia en México estudiando un caso de entre miles de desaparición forzada, en una pequeña ciudad de Coahuila.
Tanto Carlo Ginzburg como Everardo González y Natalia Bermúdez parten de sus pequeñas muestras para intentar iluminar a su alrededor, esclarecer el asunto. La desaparición de Héctor Rangel pone de manifiesto las consecuencias, en todos los niveles, de la llamada guerra contra el narcotráfico iniciada en 2006 por Felipe Calderón.
En ese pequeño municipio, Monclova, todas las cosas que sucedían relacionadas al crimen y narcotráfico, eran consecuencias de dinámicas que no se originaron ahí, pero que lo atravesaban. Una serie de fallas en el sistema originan un crimen, ¿pero qué ocurre cuando en ese sistema un crimen le sucede a otro crimen en todo momento? Ahí entra el concepto del mal. El mal se ha encarnado en ese cuerpo y Everardo González y Natalia Bermúdez diseccionan su anatomía.
“Para mí, el mal lo encarna el gobierno. Un gobierno desorganizado sin una política criminal seria, acarrea el mal.”
Testimonio en Anatomía del mal
Thomas Hobbes fue quien sin titubeos definió al ser humano como alguien malvado, que ejerce el mal por naturaleza. Yo no soy nadie para contradecirlo, pero tampoco para afirmar su postura. Basta ver los ejemplos que la Historia nos ha mostrado a lo largo del tiempo para demostrar la maldad de la que nosotros/as como especie somos capaces. Como explicó Caparros en un artículo hace tiempo, como humanidad esta es una de las etapas más pacíficas. Qué horror.
Sin embargo, la humanidad no es la misma de ayer y por tanto las demostraciones de violencia actuales es un retroceso en términos civilizatorios. Anatomía del Mal no viene a emitir un veredicto sobre la maldad, sino solo hacerla manifiesta. “¿Por qué ejercemos el mal contra otras personas?”, reflexiona el documental. Para responder esa pregunta, se cuestionan todos los frentes del crimen. Una de las entrevistadas no teme posicionarse y para ella, el mal es el gobierno mexicano: “Para mí, el mal lo encarna el gobierno. Un gobierno desorganizado sin una política criminal seria, acarrea el mal.”

En la pantalla vemos desfilar victimarios, jueces, activistas, sicarios, cuidadores de campos de adiestramiento (o exterminio) del crimen organizado, investigadores, ex agentes de la Policía, funcionarias públicas. Es sorprendente ver la cantidad de personas involucradas en una -sí, solo una- desaparición. Pero lo más sorprendente es ver la cantidad de personas involucradas en una búsqueda. En este país, pareciera que el gobierno participa más en las desapariciones que en las búsquedas.
La familia de Héctor Rangel es quien hace la investigación a cuenta propia, es quien presiona al gobierno todos estos años, de ahí la existencia de este documental. En cada capítulo, este nos recuerda: Sí, queremos poner en evidencia que esto ocurre y sigue ocurriendo, pero también queremos que este documental sirva para encontrar a Héctor, Hugo, Irene y Milton.

“La mayoría de las personas desaparecidas y localizadas no es porque la autoridad las haya encontrado, es porque quien las privó de la libertad, las dejó en un lugar para ser encontrados o las familias encontraron los lugares donde dejaron los cuerpos.”
Testimonio de Anatomía del Mal
Si lo que comenté solo es para explicar la esencia de Anatomía del Mal, hay otro aspecto que me gustaría resaltar. Es la forma de Anatomía del Mal. Everardo González ya ha enseñado que cada documental suyo no tiene la forma del anterior; de hecho, me atrevería a decir que cada documental suyo es un reto en cuanto a no parecerse en nada al anterior.
En La Libertad del Diablo vemos a (ex)sicarios entrevistados con una máscara para ocultar su identidad, en cambio en Una jauría llamada Ernesto los entrevistados son mostrados de espaldas, en una especie de Point Of View (el POV, de los memes), con una estética que recuerda a los videojuegos.
Para Anatomía del Mal hacen uso de la Inteligencia Artificial para modificar los rostros de las personas (no todas) para proteger su identidad y también para intercambiarle el rostro a una narradora por el de personas a las que va nombrando en su declaración; así, una sola persona contiene una multitud, como diría el poema.
Pero lo anterior es trabajo en conjunto. También se ve la mano de la directora Natalia Bermúdez. En su íntima y estremecedora ópera prima Norte, recuerdo a sus personajes envueltos en paisajes oscuros pero con fuentes de luz tenues que tendían a desaparecer, como atardeceres o neblinas. Esas escenas me evocaron sensaciones de alivio o de consuelo.

“La política pública actual es que están buscando restos humanos, osamentas, fosas clandestinas, no se dedican a buscar personas con vida”.
Testimonio de Anatomía del Mal

Por eso creo que esta combinación de visiones funciona para Anatomía del Mal. ¿Con qué imágenes acompañar una narración de un hecho del 2009 -en el apogeo de la violencia en México- donde la familia Rangel cuenta cómo ha sido su búsqueda? Muy complicado. Para eso, Everardo González y Natalia Bermúdez hacen uso de esas recreaciones atmosféricas que ambos conocen. Mientras se escucha la voz en off de la narración, vemos en diferentes planos ciudades, hormigas, carreteras, oficinas, patrullas. Junto al sonido de estos parajes, se recrea la atmósfera del norte de México abandonado, donde podemos sentir la hostilidad del territorio y un clima de tensión y persecución.
En Anatomía del Mal, las investigaciones estuvieron a cargo de los periodistas Daniela Rea, Óscar Balderas y Federico Mastrogiovanni, junto a la producción ejecutiva de la periodista Denise Maerker. Vale la pena pedir la prueba de siete días gratis de Vix para verla.

“Veo las cárceles repletas y veo los hogares vacíos.”
Testimonio Anatomía del Mal
Carta intención de Anatomía del Mal: el caso Rangel, por Everardo González
El 10 de noviembre de 2009, Héctor Rangel, un joven de 27 años, viajó de Querétaro a Monclova, Coahuila, junto con dos amigos: Irene y Hugo. Solo iban a cobrar un dinero y regresar ese mismo día, pero nunca volvieron.
Desde entonces, su hermana, Brenda, ha dedicado su vida a buscarlos. A través de su historia, esta serie explora el camino que enfrentan las familias de desaparecidos en México: un laberinto de trámites, corrupción e impunidad donde la justicia parece inalcanzable.
Para reconstruir los hechos, la serie combina entrevistas con familiares, documentos oficiales, recreaciones atmosféricas y testimonios de los propios perpetradores, gracias a herramientas digitales y al uso de inteligencia artificial en sustitución de rostro, permitiendo que Brenda de voz a quienes estuvieron involucrados en la desaparición de Héctor.
Policías, jueces, funcionarios y miembros del crimen organizado, son el coro de voces que nos narran la pieza documental.
Además, Anatomía del Mal presenta relatos inéditos de sobrevivientes de los llamados “campos de exterminio”, lugares ocultos donde el crimen organizado somete a sus víctimas y entrena a nuevos reclutas.
A través de sus testimonios, se revela cómo el crimen y el Estado han tejido una relación de complicidad que mantiene a México atrapado en una espiral de violencia. Más que contar una historia, buscamos entender los mecanismos que permiten que este entramado del mal sistémico, sea inagotable. Pero lo más importante para nosotros, es que este documento se adhiera a la exigencia por la aparición con vida de Héctor, Irene y Hugo.
Everardo González