Estoy a favor del llamado copyright en los libros. De hecho, mis únicas dos obras están protegidas por derechos de autor y también los textos que se publican en esta H. empresa. A todos nos cuesta crear arte. No es de a gratis que se nos ocurran tantas cosas. Una vez comenté eso en otro artículo: que los traumas, las vivencias y el alcoholismo que han padecido los artistas no ha sido en vano como para dar gratis lo que producen.

Ellos necesitan comer. Vender la obra como un producto es una de las formas de garantizar ingresos que servirán para comprar comida y pagar la renta y esas cosas que normalmente el cuerpo humano requiere para seguir subsistiendo y contaminar el planeta.

Quiero que otros no lucren con nuestras obras o al menos que no lucren más que nosotros. Eso es en un mundo ideal. Pero no veo a Spotify ganando menos que los artistas que están en su plataforma; o lo que las galerías ganan con las obras de los pintores y ni hablar de los ingresos que ganan Youtube, Instagram y Tik Tok con las millones de personas que les trabajan gratis. Sin embargo, de eso van los negocios.

Libros piratas confiscados
Libros confiscados piratas de Alfaguara y Planeta. Crédito El Mundo

El problema de la piratería y copyright de libros es más de fondo

Hablando con escritores (y también porque lo han publicado) no es mucho el porcentaje que las editoriales les pagan por libro vendido. Insisto que no estoy en contra de ese negocio, al fin y al cabo que te publique una editorial supone prestigio, distribución y otros factores que lo hacen atractivo. Lo que no estoy de acuerdo es que se privatice la obra y se le enclaustre, como todas esas famosas obras de arte que están en yates o en cajas fuertes de bancos en Suiza.

Odio la ya famosa leyenda que viene al principio de los libros que dice algo así como: “Prohibido la distribución de bla bla bla” o “La reproducción de esta obra bla bla”. Hay un libro muy interesante que habla sobre el copyright de Tumbona Ediciones de su colección Contra, en el libro En Contra del Copyright. Al principio viene esta leyenda:

 

Se permite  la copia, ya sea de uno o más artículos completos de esta obra —excepto cuando se indique lo contrario— o del conjunto de la edición, en cualquier formato, siempre y cuando no se haga con fines de lucro, no se modifique el contenido de los textos, se respete su autoría y esta nota se mantenga

En Contra del Copyright de Tumbona Ediciones

 

Una de las reflexiones que expone el libro y que yo comparto, es que la distribución de libros de forma pirata ha contribuido a que la gente conozca más el libro y que quiera hacerse con el original después de haberlo leído. Lo que quiere decir es que entre más distribución tenga un libro de la forma que sea, es más probable que la gente quiera consumirlo de forma original ¡No hay que ser Montaigne para sacar esa conclusión! Sin embargo, lo simple a veces es más difícil para la razón. Yo, en particular, lo siento como algo bonito. Solo lamento que sea el único libro de Tumbona Ediciones que tenga esa leyenda. 

Carteles en contra de la piratería de libros
El problema de la piratería es más de fondo. ¿Quién puede acceder a libros originales que cuestan una semana de salario? Crédito: El Sol de Cordoba

Los derechos de autor (copyright) se hacen precisamente para proteger las obras y proteger la inversión del que se encarga de maquetarlo, imprimirlo y distribuirlo. El copyright protege a los más vulnerables, para que los que tengan recursos y capacidad de distribución no se hagan ricos a costa de los trabajos de nosotros los artesanos, no para que a un adolescente, a un señor o señora se le impida leer tu libro.

Para eso sirve el copyright: darle un poco de defensa al autor para que no llegue un tiburón grande a arrebatarle su único tesoro. Para que alguien no lucre con el trabajo intelectual de alguien más. Es para lo único (y gracias al cielo) que sirve. Si ya después haces dinero porque eres el único que puede comerciar tu creación o decidiste darle esa oportunidad a alguien más como una editorial, eso ya es en segundo plano.

Lo que no quiero dejar al aire es esta distinción: Que las editoriales o los autores hagan dinero distribuyendo su obra, pero no dejar que el texto deje de circular o que solo unos pocos que tengan recursos puedan acceder a él, porque al fin de cuentas no puedes ser dueño de un bien inmaterial cultural como es la literatura; es tu creación mas no su dueño: la literatura pertenece a los lectores. ¿Cuántas obras no hemos leído porque hace años es imposible encontrarlas porque los albaceas no las sueltan o porque editoriales que tienen los derechos no sacan una segunda edición? 

Uno de los pilares de esta H. editorial es que todos los libros publicados serán gratuitos en su versión digital, ya sea en pdf o ebook, siempre y cuando se usen para fines particulares, escolares o clubs de lectura, qué se yo. Solo quienes las compren sabrán de dónde viene y dónde pueden conseguirla en buena calidad. Solo nosotros podremos obtener dinero vendiéndolo, así que si imprimiste uno de nuestros libros y lo vendes ¡muy mal hecho, traficante! Si quieren replicar la obra, ahí ya hay consecuencias legales por el simple hecho de que está registrada ante las autoridades. Lo siento, chicos, las leyes son las leyes.

Las versiones físicas que saquemos serán ediciones limitadas (¿qué edición no es edición limitada?) para cualquiera que le guste tener en físico cualquiera de esos libros. El dinero que se obtenga será para cubrir los gastos que costó producirlo como el papel, la tinta, la distribución digital (el dominio y las herramientas digitales no son gratis) y pagar un porcentaje a los autores.

Una vez la novia de un amigo y yo discutíamos sobre si comprar libros era coleccionismo. Ella decía que no necesariamente. Yo opino que actualmente el mercado de libros físicos es un poco para coleccionistas, como Bolaño decía: adquirir libros es como adquirir estampillas. Pues bien, las versiones físicas de nuestros libros existirán para aquellos que todavía les guste tener en físico esa reliquia llamada libro.

Para los que no, pueden descargar nuestro libro en nuestra página: pónganselos a leer a sus hermanitos, pásenlo a sus grupos de WhatsApp favoritos por si alguien quiere la versión física para su colección personal de libros. Una de mis aspiraciones es que Pirateca, la página de internet que comparte libros de forma ilegal, suba alguno de mis libros (o en general de Desnos Editorial) en su plataforma. 

En un país como México, donde hay pocas bibliotecas, el salario no alcanza y los lectores son pocos, en peligro de extinción, por favor hagamos lo que sea para distribuir los libros, no me importa que sea a través de la piratería.