La exposición Hongos brotan de la noche anterior en el Museo Cabañas estará hasta el 27 de julio
Mariana Paniagua es una de las artistas plásticas jóvenes con más proyección de la actualidad. Nació en la Ciudad de México, pero fue en Guadalajara, en el Museo Cabañas, donde presentó su exposición llamada Hongos que brotan de la noche anterior. Es la primera vez que tiene una muestra individual en un museo, esto gracias a los esfuerzos de Gabinete de Pintura, un espacio del museo que busca dialogar con la pintura contemporánea. Hongos que brotan de la noche anterior estará en la Sala 13 del Museo Cabañas hasta el 27 de julio. Fui a la inauguración para platicar con ella.
el mundo no es
una tabula rosa
las hormigas cargan
en largas líneas
el mensaje de sus madres
los ratones corretean
la semilla rodante
como sus abuelos
y los hongos brotan
de la noche anterior
Mariana Paniagua
Benjamín Torres: ¿Hongos brotan de la noche anterior de dónde surge? ¿De qué reflexiones?
Mariana Paniagua: Lo saqué de este poema que escribí. Es el último verso. Es un poema que va acerca de cómo todo viene de antes y cómo nada está aislado del mundo. Todo se relaciona y es consecuencia de algo. Justo lo que estoy haciendo es pensar más en la noción de ecosistema que de paisaje.
Todas mis preguntas surgieron a partir de la pintura de paisaje, que es esta visión tradicional de enmarcar un territorio vasto o no vasto, pero como si tuviéramos control de esa área. Y lo hace parecer un espacio estático, como decorativo, de lujo, esto es lo que puedo tener de este territorio. Entonces lo que quería era más bien implicar en cómo son los procesos que hay dentro de ese paisaje. Imaginarlos, al menos no tanto científicamente, sino cómo son las fuerzas que convergen dentro de eso, cómo una es el eslabón de otra más grande. Y también por eso viene el poema que tiene que ver con ese ensamblaje. De cómo se van construyendo las cosas y también de ahí viene la idea de patchwork.

BT: ¿Cómo fueron esos dos meses que tardaste en terminar?
MP: Fue intenso porque yo nunca había tenido una exposición individual en un museo. Pensé que era mucho trabajo, pero sentía que no podía decir que no. Es una oportunidad muy importante para mí y muy emocionante. Había muy poco tiempo y lo que hice fue no tener miedo de lo que quería hacer, como de esta idea que tenía del patchwork. Ya ni siquiera pude hacer ensayos. Fue como: “Quiero hacer esto. Voy a conseguir a las personas que me van a ayudar, de costura, una asistencia en el taller por los tiempos”.
Necesitaba gente que me ayudara a imprimar. Estuvo muy intenso. Y también nunca había trabajado en el taller con otras personas. Fue muy interesante para mí porque fue muy especial delegar responsabilidades, compartir mi visión del proyecto, mis procesos, cuidar a la otra persona también, que no fuera una relación de de empleado. Porque al final era una amiga que quiero mucho que se llama Enero y Abril. Y lo que yo quería era que trabajáramos juntas. No que fuera como de “hazme esto y te pago”. Aprendí muchas cosas en este proceso del trabajo duro, manual, rápido, que siento que es muy importante entender.

BT: ¿Dónde se sitúa Hongos brota de la noche anterior con tus otras exposiciones como Miro el sol y no te reconozco o Yo pasé entre dos colmillos? ¿Hay afinidades o discrepancias?
MP: Lo que siento es que hay indicios de cosas que puedo desarrollar más, como esta idea del patchwork. Siento que fue una idea atrevida y que me costó trabajo aceptar y desarrollar. Fue como: “Va, quiero hacer esto. Lo voy a hacer. Hay poco tiempo. Y es para un museo. Y qué nervios, pero lo voy a hacer”. Entonces siento que me dio muchas salidas formales, pero también mucho de pensamiento. Esta exposición es semilla de muchas cosas que quisiera desarrollar más.
BT: Recuerdo una entrevista que tuve con Roberto Carrillo y él me hablaba de cosas que ocurrían en su pintura. Por ejemplo, la luz, los colores, las fuerzas en tensión que hay ahí. ¿Podrías comentar sobre eso de tu pintura?
MP: Lo que me interesa mucho son estas fuerzas cuando chocan o cuando se complementan hacen suceder algo. A partir de ahí pienso todo lo formal y lo plástico. En el resultado de ese choque de fuerzas. Como si esta fuerza se pueda mostrar un poco a través del color o de los materiales o de la composición. Y esta otra fuerza a través de la representación, que luego termino borrando. Un poco explorar este proceso en el que las cosas se confrontan o se complementan.
BT: Leí que tú estás en contra de lo figurativo, pero también te escuché hablar que no eres muy afín a lo abstracto. ¿Dónde se coloca tu pintura?
MP: Siento que no tiene que colocarse. Entre lo figurativo y lo abstracto, es todo muy binario siempre. Como hay que definir todo. Y justo lo que quiero es no pensar en eso. En realidad siento que ninguna de las dos es lo suficientemente justa como para describir lo que está pasando, porque al final todo es muy esquemático para que podamos entender ciertas cosas de la pintura o distinguirlas. Yo creo que todo puede ser bastante abstracto si lo miras de diferente forma. Podemos ver un árbol que es figurativo, pero visto de cerca es abstracto, pero sigue siendo un árbol. Es súper raro tratar de encasillar todo en sus opuestos.
BT: ¿Qué cuestiona tu pintura y con qué lenguaje crees que dialoga?
MP: Creo que dialoga con el resto de pintoras y pintores vives. También con la obra de otras pintores que me han influenciado mucho. Obvio con la obra de Orozco que está increíble y los murales… Siento que todo se va complementando, como ahorita en la charla una señora me dijo: “Ah, es como Joy Laville” o “Es como a Aceves Navarro”. Yo he aprendido viendo a todos estos artistas. Siento que al final nada es autoral, quisiera pensarlo desde ahí. Como que más bien todos somos una especie de medium que estamos dejando pasar a través de nosotres todo ese bagaje de pintura que hay.

BT: ¿Qué significa para ti pintar? ¿Ser artista plástica en este mundo contemporáneo?
MP: A mí se me hace súper raro que exista esa ocupación y que ahora haya un mercado para ello, es muy contradictorio porque se pueden abordar cosas complejas humanísticas. Pero al final también existen los mercados del arte en los que una se inserta para seguir pintando, para seguir viviendo. Es muy raro por la dinámica, de cómo todo se basa, por ejemplo, en la especulación; de si alguien es bueno o no; de quién tiene tal cosa en su colección. Todo eso todavía me resulta muy sorprendente Y también el precio de las pinturas. Me sorprende mucho como todo está basado en la especulación.
Es un mercado para mí muy raro porque yo hago las pinturas, o sea, para mí es un trabajo manual, rudo, nada lujoso. Entonces cuando el mercado y el lujo entran es súper raro. También es muy raro que eso esté sucediendo todo el tiempo en este mundo súper violento. Así, hay un genocidio al mismo tiempo que alguien encerrado en su taller está haciendo una pintura de un sol. Eso pasa en el mundo todo el tiempo, todo es simultáneo y todo es tan incongruente entre sí que una toma el lugar que puede o quiere tomar.
Siento que al final nada es autoral, quisiera pensarlo desde ahí. Como que más bien todos somos una especie de medium que estamos dejando pasar a través de nosotres todo ese bagaje de pintura que hay.
Mariana Paniagua
BT: Retomando esto que dijiste que era tu primera vez en un museo, cuéntanos cómo fue tu experiencia hoy.
MP: Me siento ya mucho mejor. Sobre todo porque a la gente le surgen nuevas dudas. Se me acercaron personas: “Oye, ¿pero por qué hiciste esto? ¿por qué no hay armonía?”. Eso me emociona mucho, que la gente se involucre de esa forma y que tenga que preguntarse cosas. Me emociona porque a mí me pasa igual. Yo también me pregunto esas cosas. Y cuando la pintura lanza algo sobre mí yo también me pregunto: “¿Cómo pasó esto? ¿Por qué? ¿Qué es?”. Para mí es muy emocionante que la gente ya pueda verlas, que se puedan acercar, ver las piezas, la parte de los procesos. Estoy emocionada de que la gente pueda interactuar con eso.

¿Quién es Mariana Paniagua?
Es licenciada en Artes Visuales por la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, donde actualmente cursa la maestría. Ha realizado exposiciones individuales como Miro el sol y no lo reconozco (GAM, 2024), Every spore like a fall (NSFW, 2024), Yo pasé entre los dos colmillos (ISLERA, 2023), Como renuncia a ser flor lo que es hierba (Nixxxon, 2022), Una estrella es siempre una suerte de ruina (Interior 2.1, 2021), Un vacío ceñido con las manos (Casa Equis, 2019) y Una casa que dejé, una casa que me dejó (Galería Tu Mamá, 2018).
Ha participado en muestras colectivas en espacios como el Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro, Museo de Arte Moderno de CDMX, Museo de Arte Carrillo Gil y LaNao, además de las ferias MATERIAL y FAMA.