María de Jesús Chávez nos cuenta que nació en Santiago, no en La Habana. Quizás es por eso —haber nacido en “la ciudad más caribeña de Cuba”— que formó el movimiento del Fantástico Caribeño “Atabey”, proyecto que presentó en la FIL 2024 de forma pública por primera vez. También participó en la presentación de Confederación Eléctrica Antillana, antología de escritoras y escritores caribeños cuyo cuento, La alarma de neón rosa, leyó. Ha ganado múltiples premios en su país, varios de ciencia ficción. 

 

Benjamín Torres: Siendo una antípoda de las antípodas (por haber nacido en Santiago), ¿cómo es que has logrado obtener reconocimiento como escritora, al menos en tu país?

María Chávez: En su momento yo incluso renuncié a la literatura, porque el fatalismo geográfico existe y yo estaba a novecientos kilómetros de la capital. En Cuba todo está muy centralizado en La Habana. Si tú eres de otra provincia encuentras muy difícil evolucionar en el arte y mientras más lejos seas de La Habana, peor. Yo soy de Santiago, donde hay un escenario musical interesante, pero en las otras artes se ha ido desgastando mucho y la literatura ahora mismo es casi inexistente. La población ha cicateado mucho debido a las inmigraciones internas y externas y otros fenómenos, y el envejecimiento poblacional, que no se puede negar; los jóvenes se van de lugares como Santiago para La Habana o para afuera de Cuba.

Mujer joven cabello negro con lentes micrófono
María Chávez participó en la plática "Los encantadores monstruos caribeños". Crédito: Benjamín Torres

Se ha vuelto muy difícil intentar hacerse un nombre en esas regiones. Pero eventualmente supongo que decidí que rendirme no era una opción y seguí trabajando. Creo que lo que sucedió fue que empecé a tomarme la literatura como algo no tan serio. Dejé de escribir para la crítica, dejé de escribir para públicos que no me iban a entender, que eran los públicos habaneros, pues la crítica está muy centrada en La Habana. 

Casi todos los libros que se escribían en aquella época tenían como escenario a La Habana y al entorno metropolitano y citadino muy reducido. Y el resto de Cuba no estaba presente en la literatura. Entonces me dije: “Tengo que hacer lo que me gusta y tengo que divertirme haciéndolo. Si luego resulta que no llego a nada, pues está bien, tengo la obra que es lo que importa”. 

En el momento en el que decidí ser más autóctona, ser más yo misma, y escribir acerca de lo que realmente me interesaba a mí, todo empezó a fluir. Y la carrera empezó a fluir. Porque gente como Erick Mota notaron que había una voz ahí que no era la de siempre. La lejanía de la capital en realidad también me benefició. Yo tenía una voz propia, un estilo propio, que no era el que se utilizaba y el que estaba de moda en la mayoría de las personas que escribían. Y yo tenía una voz que me ayudaba a hacer una carrera en la literatura desde Santiago de Cuba.

Hombre adulto con barba y lentes y mujer joven cabello negro con lentes sentados escritorio con computadora encima
Erick J. Mota y María Chávez. Crédito: Benjamín Torres

BT: ¿Cuál consideras que era esa voz? 

MC: Yo no soy la más indicada para hablarte acerca de eso, pero creo que viene porque Santiago se considera el epicentro del Caribe. La ciudad más caribeña de Cuba es Santiago. Erick estaba metido en todo este asunto de la ciencia ficción caribeña. De hecho, él escribió una obra que es una obra de culto para la ciencia ficción caribeña, Habana Underguater. ¿Qué es eso? La idiosincrasia, lo local en la literatura de ciencia ficción y en el fantástico. Y me imagino que él andaba buscando voces similares. 

Lo que pasa en Cuba es que el entorno capitalino se aleja mucho del Caribe. Aunque todos llevamos dentro el Caribe, hay lugares donde se nota más que en otros. Y en La Habana ciertamente se notaba menos. Tenían un acercamiento más hacia lo anglo, hacia lo que se hacía en Estados Unidos. Incluso reminiscencias de lo que se hacía en la Unión Soviética. 

Cuba tuvo una influencia enorme de la ciencia ficción soviética debido a nuestra relación con la URSS antes de la caída del campo socialista. Casi toda la ciencia ficción que yo leí de niña, porque era la que mi papá coleccionaba, es soviética.  Todo eso se te va quedando dentro. Y crea un ajiaco que incluso la ciencia ficción caribeña no tiene tanto, porque nosotros tenemos el factor soviético que los otros países no tienen. La ciencia ficción soviética era muy buena. Son casi los maestros. Supongo que lo que encontraron fue que alejándose de La Habana y yendo al otro extremo, precisamente al extremo más caribeño, había alguien que hablaba en un tono más de idiosincrasia local. 

Todas las ciudades se parecen y la gente piensa parecido. A veces hay que alejarse de la ciudad para encontrar voces diferentes. Una de las cosas que pasa en mi obra es que yo no me quedo ni siquiera solamente en Santiago, porque yo he sido gitana. Mi infancia fue de mucho viajar por todo lo que es el centro de la ciudad y el oriente de Cuba. Fui tomando un poco de todos esos lugares.

En mi obra intento reflejar todos esos sitios donde yo he estado y que me han impresionado de alguna manera, y las leyendas, la cultura y lo autóctono. Así que no se queda solo en Santiago. Me imagino que cuando estos autores lo vieron, les llamó la atención. Por la misma razón por la que a mí me llama la atención cualquier escritor cubano que no sea de La Habana. 

Mujer cabello negro con lentes
Crédito: Benjamín Torres

BT: ¿Por qué elegiste la ciencia ficción como género? Aunque tengo entendido que también la mezclas con fantasía.

MC: La ciencia ficción caribeña no es rígida. No es esta obsesión con el positivismo científico que tienen los anglos. Es el Caribe. En general la ciencia ficción tiene unos elementos fantásticos muy fuertes porque la realidad de nosotros tiene elementos fantásticos. Y nosotros nos creemos muy en serio una serie de cosas que entrarían en el género de la fantasía. Para nosotros los géneros no son así de rígidos. Nosotros fluimos, como el mar, como las corrientes oceánicas y las corrientes fluviales. 

El Caribe tiene algo que no tiene en otros lugares que es una comunión con el mar excepcional. Del mar viene el desastre, del mar viene la vida. El mar nos une como el continente los une a ustedes. A nosotros el mar nos une y nos separa. Es lo que hace que el Caribe se parezca tanto y al mismo tiempo sea tan diferente. Cuba no es idéntica en absoluto a Dominicana. Dominicana no se parece a Haití, y están en la misma isla. Ninguna de las dos se parece a Puerto Rico. Y por no empezar a hablar de las otras islitas que incluso hablan otros idiomas. Por no hablar del Caribe continental. Todo es diferente y al mismo tiempo todo tiene muchos puntos en común. 

Porque yo soy escritora y yo te digo que cuando no hay comida, no hay electricidad y el techo sobre tu cabeza no está seguro porque viene un ciclón, tú no piensas en libros. 

María Chávez

Atabey es la diosa del mar. Por eso es que utilizamos la figura del mar: el mar al Caribe nos da la vida pero a la vez nos trae las desgracias. Nos trae los ciclones. Nos trajo a los colonizadores. Nos trajo los problemas. Eso es algo que está muy presente en nuestra obra. 

Al mismo tiempo nuestro héroe, nuestro arquetipo de héroe, no es igual al resto del arquetipo occidental del héroe. Nosotros tenemos un héroe que es un sobreviviente. Que hace lo que sea por sobrevivir. Que elige la vida porque mientras haya vida hay esperanza. Mientras tú puedas vivir al día siguiente todo está bien. Que se toma las cosas con calma y con flow. Que baila, que se ríe, que disfruta aunque el mundo se esté cayendo alrededor. Que se enfrenta a los problemas con una naturalidad increíble. Porque vive rodeado de problemas. Y vive rodeado de cosas que el resto del mundo ni siquiera conoce. 

Ese es uno de los grandes problemas que tenemos ahora mismo. Porque la gente que publica libros en la zona anglo del Caribe los publica en la zona anglo en Estados Unidos, en Inglaterra, aquí y allá. La gente francófona publica en la zona francófona. Y la gente de nosotros publica en España o en Latinoamérica continental.

A veces no tenemos idea de qué es lo que se está haciendo en nuestra propia tierra.  Pero entonces te topas con una traducción de alguien y te das cuenta que esta persona con una cultura completamente “diferente” a la tuya y con otro idioma, ha hecho un libro que se parece muchísimo al tuyo. Y no se ha leído el tuyo y tú no te has leído el de él. No es plagio. Es que vivimos en la misma región y sufrimos los mismos problemas. Y tenemos las mismas inquietudes, los mismos arquetipos y la misma mitología. 

Mujer joven en una conferencia con micrófono y un hombre al lado

BT: Sí como tú dices, el Caribe es uno solo ¿entre ustedes sí hay esa hermandad? 

MC: Eso va a depender de muchos factores como el idioma, por ejemplo. Tenemos los mismos problemas por causas distintas. Y yo estoy segura de que cuando nos sentamos en una mesa y hablamos, nos logramos entender. Hay ahí tantos puntos en común que es imposible que no nos entendamos. En los sentidos académicos. En los sentidos artísticos, creativos. Eso está muy bien porque puede puede facilitar todo. Yo te lo hablé de Cuba. La Habana es una cosa. Santiago es otra cosa. Camagüey es otra cosa. 

Yo creo que el escritor es una persona que está cazando cosas todo el tiempo. Es alguien que vive en el mundo pero al mismo tiempo hay una parte de ti que como que se aleja del mundo y lo ve desde arriba. Y se da cuenta de cosas que otras personas quizá no se den cuenta. Tú tienes que crearte, para poder ser escritor, ese ojo observador. Esa curiosidad. Y esa capacidad de absorber. 

Porque a veces ves las cosas pero no las ves. No las absorbes. No las meditas. No las puedes utilizar más adelante en tu obra. El escritor tiene que saber hacer eso. Por eso es que es tan fácil imitar a otra gente y tan difícil ser uno mismo. Yo creo que es lo más complicado para un artista.

El mundo literario, ya hablando más específicamente, está enfrentándose a una crisis material. Es complejo. Si tú no tienes papel para imprimir, no vas a tener una industria literaria.

María Chávez

BT: En tu caso, ¿quiénes son tus referentes? 

MC: Curiosamente yo tengo referentes bastante anglos para alguien que trabaja tanto el Caribe. El problema es que el Caribe, como ya te dije, es complicado por todos esos aspectos. Mi ciencia ficción se parece mucho a la de Philip K. Dick. Yo soy muy paranoica. A mí las teorías de las conspiraciones me encantan. No es tanto que me las crea como que me gusta estudiarlas y entender por dónde vienen los tiros. Y mi papá, que fue el que me inició en la ciencia ficción, en la lectura, siempre me enseñó a pensar fuera de la caja. Si la versión oficial que te están dando de algo es esta, lo más probable es que esa no sea. Busca otras respuestas. 

Gracias a eso estudié periodismo. Que a veces es lo que dice la frase: Uno tiene que sacar la mano por la ventana y ver con sus propios ojos qué es lo que está pasando. Y mi ciencia ficción tiene mucho de eso. De conspirativo. De una sensación así como de persecución. Como de que hay fuerzas superiores, oscuras y misterios oprimiéndote y hasta qué punto tú te liberas o no de esas fuerzas. 

Mujer cabello negro con lentes María Chávez
María Chávez en la presentación del libro "Confederación Eléctrica Antillana. Antología de Ciencia Ficción Caribeña". Crédito: Benjamín Torres

También las preocupaciones que él tenía se parecen un poco a las mías. Y en el tono fantástico me acerco más a Neil Gaiman, que tiene esta maravilla que es American Gods. Ahora es una figura un poco polémica porque se han dado un par de escándalos con él recientemente. Pero bueno, su obra está ahí. Su obra es importante.

Para gente como yo su obra fue muy importante. Y American Gods trata acerca de cómo el ser humano determina su realidad gracias a sus sueños, a sus mitos y a su imaginación. Lo que tú creas, existe. Aquello a lo que tú le pones fe acaba existiendo en algún plano y determina tu realidad. Entonces American Gods básicamente trata sobre la pelea entre los dioses antiguos, los dioses mitológicos tradicionales de las personas y los nuevos dioses. El dinero, el internet, esos nuevos dioses que han surgido a los que la gente le entrega toda su fe. 

Es algo muy parecido a lo que pasa en el Caribe. Que nuestras mitologías y la forma en la que nosotros percibimos el mundo determina nuestra realidad. Si hay un lugar donde eso pase es en el Caribe, donde nosotros creemos en una serie de cosas y nos las creemos en serio. Tenemos un sincretismo religioso tremendo porque tenemos varias religiones funcionando al mismo tiempo y mezclándose y llevándose bien.

En Cuba hay un talento excepcional. Y es un talento que se está rindiendo. Yo conozco muchísimos jóvenes que escriben maravillosamente bien y los he querido preparar y ayudar, pero me dicen: “¿Para qué?” Y tienen razón.

María Chávez

BT: Has ganado muchos premios literarios en Cuba en muy poco tiempo. 

MC: Sí. El Regino Botti es un colateral de ciencia ficción, normalmente ese concurso es de poesía o de narrativa. En Cuba no es normal que en un concurso de narrativa general premien a la ciencia ficción o al fantástico. Ellos nos separan. Tú haces esto y la narrativa es esto otro. Y no importa cuán bueno sea tu libro, si no es de realismo, no tiene cómo competir con los libros. A mí eso siempre me ha parecido una tontería, pero cada cual con lo suyo. 

Entonces, la prueba de que la situación está cambiando es el hecho de que yo me presento al Regino Botti en el 2023 porque hay un colateral de ciencia ficción. Pero mi libro entra al general para que lo evalúen en el general y gana una mención. No se ganó el premio, pero sí una mención. Luego también me gané el colateral. Ese libro se llama Solo un poco de caos

Por tu Patria es otro concurso de narrativa. Específicamente de poesía o de narrativa, depende del año. Ese año fue de narrativa general. Y a todo el mundo le asombró que me lo gané yo. Yo me presenté con ciencia ficción, no esperaba ganar, por eso que te comenté. En ese momento todo el mundo se quedó como: “La cosa está cambiando. Los jueces están juzgando otras cosas”. 

Y luego aparece el David. Escribo Donde la noche es eterna. Es un mix up, un libro que debe leerse completo, que combina crónicas, entrevistas: el periodismo con la ciencia ficción. Yo quería hacer algo así de loco hace rato. Es una highlighter. Es una antología de una revista que no existe, porque es del futuro, de dentro de quinientos años. La premisa del libro es que los artículos no están allí por su valor poético, artístico, ni por su valor periodístico sino por la repercusión que lograron tener. Porque para mí, y en ese libro yo manejo algunas de mis opiniones sobre el periodismo. Mi tesis fue sobre periodismo transmedia.

Para mí, el periodismo narra historias y debe buscar la manera de narrar esas historias de manera que al lector se le derrita la boca leyendo esas historias y tenga que leer hasta el final. Pero además, el periodismo, el valor que tiene no es tanto por la obra en sí, sino por lo que tú logres con tu obra. Y lo otro para mí importante, además de la repercusión, es el compromiso con la verdad. Es salir, sacar la mano por la ventana y ver si está lloviendo. No guiarte por agendas, no guiarte por fuerzas externas. Ni censuras, ni nada así. 

De hecho, el libro tiene falsas dedicatorias y tal, pero una de las dedicatorias que es muy real es que este libro está dedicado a todos los periodistas que dan hasta su vida por la labor. En las historias de estos periodistas, yo te hablo de eso, de cómo ellos se enfrentan a la censura y de cómo muchas veces pierden contra la censura y contra las fuerzas externas. Y aún así siguen haciendo su labor. De alguna manera compensa el hecho de haber dado la vida, pero no es justo que la tengan que dar. Y no es justo que se tengan que enfrentar a tanto, solamente por decir la verdad. La verdad es importante. 

El Fantástico Caribeño “Atabey” de María Chávez

El desconocimiento del Caribe en general es muy amplio. Sólo tenemos como una noción muy general del Caribe. Por eso es que cuando nosotros hablamos de nuestros proyectos de Atabey, sobre todo hablamos de unificar a todos los caribes. Porque para nosotros es uno solo. Es una unidad y a la vez es una diversidad, como te dirían en biología.

Atabey tiene nombre de mujer, tiene nombre de diosa taína, la diosa madre de los taín. El principio fue femenino. El proyecto Atabey tiene muchas esperanzas y muchos sueños. Vamos a hacerlo desde Cuba. Queremos unificar el movimiento del fantástico caribeño. No sólo del fantástico en español, sino unir al angloparlante, al francófono, a cualquier holandés que ande perdido por ahí. Toda esa gente, la gente del continente.

Se habla de los Caribes a la vez que se habla del Caribe. Unirlos y hacer una serie de proyectos más pequeños. Colarnos en diferentes espacios de la ciencia ficción en la región llevando la ciencia ficción caribeña. Eventos que ya existen pero que toquen un carisma caribeño. 

Nosotros lo que estamos intentando con todo este movimiento del Fantástico Caribeño es unificar a los Caribes, que nos enteremos de lo que están haciendo la otra gente y que podamos trabajar en conjunto para que no tengamos que ir a buscar mercados ajenos y tengamos nuestro propio mercado; para que tengamos redes de apoyo entre nosotros. 

Atabey es un proyecto que habla de eso, de unión. Atabey es el mar. Es el mar que nos une y que nos separa y de donde viene nuestra vida y nuestras desgracias. Nuestro equilibrio en el Caribe. 

BT: ¿Cuáles son esos temas que te interesan en la actualidad y cuáles son esas inquietudes que temes?

MC: Este libro, Donde la noche es eterna, giró mucho alrededor de la inteligencia artificial, cómo va a afectar la vida y cómo va a afectar la profesión del periodista. Que es algo que ya se viene planteando un debate al respecto. Yo tengo una teoría muy propia sobre eso que la plasmé en el libro ¿Qué es lo que va a pasar en el futuro? Las inteligencias artificiales, pero sobre todo la deshumanización de las personas al contacto con esto. 

Antes la ciencia ficción hablaba del robot como el enemigo porque no era humano. O la humanización del robot. Y entonces el robot era una figura de discriminación. Era una forma de hablar de la discriminación, racismo y esclavitud. El robot no tiene derechos; se deshumaniza; no tiene derecho a pensar por su mente propia ni a sentir, etcétera. El robot es un objeto que está al mando de nosotros; es una gran alegoría de la esclavitud. 

En nuestra época lo que estamos viendo es algo al revés. Nos estamos topando con la deshumanización de las personas al contacto con las personas. Y eso es lo que nos ha dado la tecnología: la rotura de los espacios sociales y las estructuras sociales. Todo esto gracias al contacto con la tecnología. Y cómo a veces hasta la tecnología parece más humana que nosotros. A veces ChatGPT te habla con más amabilidad que la gente por la calle. También por dónde va el camino del ser humano y sus oleajes de fundamentalismo. 

Nosotros como especie pasamos por épocas muy liberales y luego caemos en épocas muy oscurantistas y de mucho fundamentalismo. Y luego volvemos a épocas liberales. Es un ciclo. Ahora mismo estamos iniciando una época de fundamentalismo fuerte. Y a mí me ha causado mucha curiosidad cómo desde el propio liberalismo se ha caído en un tipo de fundamentalismo. En una polarización. O vas para aquí o vas para allí. Y si no dicen lo mismo que yo y no piensas igual que yo eres el enemigo. Eres el malo de la película.

Yo utilizo mucho cómo las agendas nos son impuestas por personas que tienen intereses. Y nosotros las seguimos como borregos porque la humanidad es así. Por eso es que mi ciencia ficción se parece tanto a la de Philip K. Dick. Porque él también se había preocupado por esas cosas hace una bola de años. 

En eso influye mi carrera del periodismo: la manipulación. Cómo nos dejamos manipular constantemente por tantas fuerzas a nuestro alcance. Todo eso: la capacidad de manipulación del ser humano; la capacidad de crueldad del ser humano. Al mismo tiempo el ser humano se ha convertido en una persona que no puede hacer nada; la enorme capacidad de supervivencia y de esperanza del ser humano y de humanidad. Por encima de todo. 

Todas esas cosas yo las planteo porque son cosas que me causan mucha curiosidad. No tanto las ciencias duras, las nuevas tecnologías, los avances, la viajadera al espacio. Mira, eso me interesa. A mí me interesa cómo uno, como ser humano, reacciona a todas esas cosas. Y de eso va mi ciencia ficción. 

Mujer joven cabello negro con lentes y suéter rayado
Crédito: Benjamín Torres

BT: ¿Cómo ves tú el panorama en Cuba desde una perspectiva general y en el panorama literario? 

MC: El panorama en Cuba ahora mismo es difícil en todos los sentidos habidos y por haber. Y el panorama literario no escapa de eso. Aquí van a tener sesgos precisamente porque la opinión mundial está globalizada. Allá también hay sesgos. El punto es que hay que ir allí a probar cómo es. Hay que ir allí a probar cómo está el agua y te puedo decir que el agua está caliente.

Cuba está pasando por una crisis que nadie la niega. Ni las versiones oficiales ni las otras versiones. Todo el mundo está claro de la realidad que es que Cuba está pasando por una crisis intensa. Que se está repitiendo el periodo especial de los 90 ‘s. Que estamos pasándola muy mal. Pero las cosas no son ni para un lado ni para el otro. Hay mucha polarización. Hay muchas fake news. Hay mucha intención oficial de calmar los ánimos a veces. Así que estamos en la era de la información donde uno nunca sabe a quién creerle. Así que uno tiene que estar allí y vivirlo. 

A Cuba hay que estar allí. Hay que vivir allí como un nativo y entender nuestras mecánicas y nuestra forma de ser. Desde afuera es imposible entender a Cuba y a los cubanos. Por eso es que nuestra literatura hace tanta falta. Porque nos retratamos a nosotros mismos. 

El mundo literario, ya hablando más específicamente, está enfrentándose a una crisis material. Es complejo. Si tú no tienes papel para imprimir, no vas a tener una industria literaria. Si tú empezaste a tener internet hace apenas unos años y la gente todavía no se maneja bien. Y tuviste transferencia vía celular hace dos años. La gente todavía no sabe manejar bien esas cosas. Te va a ser imposible tener plataformas digitales. O te va a ser muy difícil. En Cuba no hay leyes de piratería. Y si las hay, ni yo las conozco. Y yo trabajo en eso.

En Cuba tú perfectamente compras el libro en digital y se lo pasas a toda Cuba y no pasa nada. La editorial pierde el dinero y el autor también. Y no pasa nada. En Cuba estamos muy acostumbrados a piratear. En Cuba la piratería es supervivencia. Nosotros somos los verdaderos piratas del Caribe. Como no nos llegaba por las vías oficiales, nosotros conseguíamos la información. Y conseguirla nunca implicaba pagarla. 

Entonces ahora un cubano del siglo XXI acostumbrado eternamente a piratear, tú le dices que tiene que pagar un libro que el otro le puede pasar por WhatsApp, te va a mandar a freír. Porque no tiene lógica para el cubano. Si tú te enfrentas a una crisis material, económica, física, te va a ser muy difícil llevar una industria editorial. Allá todo eso es nuevo. Allá las leyes de bullying en internet, allá todas esas cosas son muy nuevas. Porque todo eso es nuevo para el cubano. El cubano se está adaptando. Por eso es que la fake news causa tanto impacto en el cubano. Porque el cubano no está educado, alfabetizado para entender y para diferenciar una noticia falsa. 

Tres personas en una ponencia: hombre adulto con barba a la izquierda, hombre joven en medio y mujer joven con lentes
María Chávez presentando el proyecto "Atabey" en la FIL. Crédito: Benjamín Torres

BT: ¿Hay iniciativas para cambiar eso?

MC: Hay iniciativas, pero es que hay problemas tan serios ahora en Cuba. Mira, incluso yo que soy escritora, yo necesito tener comida en el refrigerador y electricidad para que esa comida se mantenga buena. Realmente escribir un libro o comprar un libro quizá no esté dentro de mis prioridades porque yo necesito comer. 

En la pirámide de necesidades hay cosas obvias y cosas menos obvias. Hay mucha gente que quiere poner la literatura como una necesidad básica, pero uno que sí vive la falta de necesidades básicas te va a decir que no lo es. Porque yo soy escritora y yo te digo que cuando no hay comida, no hay electricidad y el techo sobre tu cabeza no está seguro porque viene un ciclón, tú no piensas en libros. 

Entonces, el panorama está turbio, claro. Está turbio porque la gente tiene sus prioridades. Y las prioridades no lo van a hacer un libro, van a ser comer. Eso siempre va a ser así. Pero al mismo tiempo, el arte hace falta, la literatura hace falta. A todo esto hay que darle importancia. No podemos dejar que estas cosas se pierdan. 

En Cuba hay un talento excepcional. Y es un talento que se está rindiendo. Yo conozco muchísimos jóvenes que escriben maravillosamente bien y los he querido preparar y ayudar, pero me dicen: “¿Para qué?” Y tienen razón. Yo tengo cuatro libros pendientes de publicación y no ha salido ninguno. Es complejo. 

¿Quién es María Chávez?

María de Jesús Chávez (Santiago de Cuba, 1995) es licenciada en Periodismo por la Universidad de Oriente (2019). Su vocación por la escritura la llevó a formarse en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, del que egresó en 2016, año en que también obtuvo la beca Caballo de Coral.

Su obra narrativa ha encontrado espacio en diversas publicaciones y antologías dentro y fuera de Cuba. Entre sus cuentos destacan El triste oficio de dar muerte (Viña Joven, 2014), Touché (Ariete. Antología de la más joven narrativa cubana, Editorial Guantanamera, Sevilla, 2018), Pura física (País de Fabulaciones, Editorial Cubaliteraria, La Habana, 2019) y La alarma de neón rosa, publicado en la revista Korad, con el que obtuvo el Premio Oscar Hurtado de Ciencia Ficción y Fantasía 2021. En la misma edición recibió mención con Los niños de Hameln.

A lo largo de su carrera ha sido reconocida con diversos galardones, entre ellos el Premio Portus Patris 2023, el Premio David, el Regino Boti 2023 y el Premio Por tu patria. Su obra sigue expandiéndose en el panorama literario cubano, consolidándose como una voz en la narrativa contemporánea.