La artista Julieta Belazo presentó “Desequilibrio habitual” el pasado 20 de julio de 2024, un open studio con una muestra del trabajo realizado en su estancia en Déficit, un espacio para residencias pictóricas en Analco, Guadalajara. Un día antes de la apertura asistí al estudio a conversar con Julieta.
Yaheli Hernández: ¿Por qué te decidiste por la pintura?
Julieta Belazo: Estaba probando muchos medios y en la pintura es donde había tenido más práctica. Hay algo muy fluido en la pintura, y es que necesitas pocas herramientas para empezar a experimentar. También es un medio que tiene muchísima historia y que sigue encontrando formas de resignificarse y de volverse contemporáneo.
La pintura requiere de un proceso de descubrimiento. Creo que hay otros modos de observarte que son más sistemáticos, pero te hacen perder un poco esa capacidad de descubrimiento, aunque quizá con ellos sí descubras cosas que van más encaminadas a la perfección. En la pintura puede haber mucho descubrimiento a raíz del accidente, que se me hace muy chido porque luego no nos dan tantos espacios para eso.
YH: ¿A raíz del accidente?
JB: Encontrarte algo inesperado. Muchas veces pintaba algo y a lo mejor la mano quedaba rara, pero en esa mano rara veo un gesto que me llama la atención. Era como si ese accidente me hiciera encontrar otra salida para la siguiente pintura.
YH: ¿Cómo ha sido para ti trabajar la pintura a lo largo de tu carrera?
JB: Ha habido muchos cambios. En general los identifico muy bien porque han sido paralelos a momentos parteaguas en mi vida personal.
Yo estudié la carrera fuera del país. En esa primera etapa de considerarme seria pintando sentía mucha presión de estar performando una identidad mexicana y que mi obra se viera y se leyera como mexicana. Me causaba mucha frustración y rabia que mis compañeros entendieran ciertas cosas alrededor de la política en México desde un estereotipo, creía que yo podría explicarles y cambiar un poco esa narrativa, pero ya en retrospectiva parte de eso también era una presión institucional porque a los gringos les encanta decir, “ay eres mexicana” o “eres el wey de ascendencia asiática” y entonces para ellos hablas desde esas trincheras de identidad.
Me gradué cuando era pandemia así que mejor me regresé a México. Regresar y estar ese tiempo aislada y sola hizo que también la temática de mi pintura cambiara: empecé a pintar más estas escenas íntimas de fotografías que tenía de archivo familiar, o de cosas que me iba encontrando, que veía con el anhelo y la nostalgia de conectar con alguien, de tacto, de cercanía… Pasé tres años pintando un poco así.
Tengo la capacidad de imaginar otros escenarios u otras formas de habitar mi cuerpo que no sean desde mis limitantes. Las veo como retratos de un estado mental o de un diálogo interno. Una forma de negociar con toda esta carga social de ser morra y preguntarte: ¿dónde está el límite entre cómo nos sentimos nosotras y las cosas que son impuestas?
Julieta Belazo
También me di cuenta de que ya había encontrado una fórmula para pintar las obras que tenía antes a partir de un archivo fotográfico; luego eso me dio crisis, a raíz de estar tan descolocada. De ese caos empezó a salir esta exposición, más lúdica: dejar que caiga información en un lienzo y a partir de eso escarbar y buscar la figura para ya no necesitar tanto de la fotografía. Decirme “voy a dejar los sistemas que tenía para aprovechar este tiempo (el de la residencia) para ver qué más sale y qué más puedo probar”.
YH: ¿Qué sensaciones buscas transmitir en tu trabajo?
JB: En las obras que estaba haciendo antes de empezar la residencia, sí pensaba mucho en de qué manera el cuadro podía crear una narrativa ambigua para quien se acercara. Que la pintura pudiera proyectar también sus propias fantasías, sus propias historias. Buscaba cosas que me resonaran a nivel personal, primero que nada. Parte de eliminar los rostros o de enfocarme más bien en las manos, era para mí esa pregunta: ¿de qué otra manera puedo narrar esta historia de la vida personal de alguien?
El retrato siempre se aborda desde la perspectiva. Yo pensaba en qué cosas recuerdo cuando me acuerdo de mi familia, de las personas con las que me he relacionado, son muchos los gestos. Yo misma gesticulo mucho cuando hablo. Ahora estoy transicionando de las cosas cotidianas a un lugar psicológico y somático.
Eso es lo que me ha hecho pensar en cómo vivo mi cuerpo todos los días, qué sucede con mi cuerpo y cómo me presento, pensando que eso al final es una vivencia compartida. Me sigue gustando buscar estas formas de hablar de algo muy personal, sin individualizarlo.
YH: Saber que las experiencias son colectivas es un asunto muy de nosotras.
JB: Sí. Yo relaciono mucho la pintura con un acto afectivo de cuidado. Si siempre estoy representando a personas o cuerpos, ¿qué cuidado le doy a esto que estoy representando?, ¿cómo va a ser consumido?, ¿qué tipo de imágenes estoy presentando?
Se trata también de pasar tiempo con la imagen. A veces pueden ser imágenes que me incomoden y tengo que entender por qué me incomoda representar ciertas cosas. Para mí todo eso es una ética de cuidado y de ritmo de producción también, en el sentido de que toma tiempo crear una pintura. A diferencia de otras formas de consumo, el público se toma un poco más de tiempo al ver una pintura.
Me sigue gustando buscar estas formas de hablar de algo muy personal, sin individualizarlo.
Julieta Belazo
YH: Pienso mucho en cómo se representa la colectividad y en cómo nos acercamos a una pintura.
JB: Justo al estar en un programa internacional me toca conocer a morras que crecieron con situaciones de vida completamente distintas a las que vivimos en México; es interesante ver qué cosas se entienden como provocadoras o violentas. La lectura de mi pintura es distinta en México que en Chicago y eso es perfectamente válido.
YH: ¿Quiénes son estas personas que habitan en tus pinturas?
JB: Las he estado pensando como imaginarios psicológicos de mí misma. Parten de vivencias personales, pero también de decir que yo tengo la capacidad de imaginar otros escenarios u otras formas de habitar mi cuerpo que no sean desde mis limitantes. Las veo como retratos de un estado mental o de un diálogo interno. Una forma de negociar con toda esta carga social de ser morra y preguntarte: ¿dónde está el límite entre cómo nos sentimos nosotras y las cosas que son impuestas?
Me gusta mucho pensar en que es la forma de darles visibilidad a partes que igual yo en mi persona no me atrevería a mostrar. Deseos que pueden estar más suprimidos o pensarme como una especie de monstruo que se está desbordando y que tiene el cuerpo medio deforme.
YH: Para mí fue muy impactante entrar aquí y encontrarme algo diferente a lo que había visto de tu trabajo. Pero me gusta.
JB: Fue muy orgánico. Empecé a bocetar mucho con las acuarelas, fue lo primero que salió en la mayoría de las obras. Sentía que traía la mano tensa y que tenía que aflojarla. Pero luego pensé en una forma de tener a todo mi cuerpo trabajando, fue cuando empecé a hacer formatos más grandes. Dejé que las primeras capas de pintura cayeran para que el lienzo las recibiera, luego me senté a observar cómo encontrar la figura dentro de cada lienzo; borrar, agregar, siempre esa negociación.
Yo relaciono mucho la pintura con un acto afectivo de cuidado. Si siempre estoy representando a personas o cuerpos, ¿qué cuidado le doy a esto que estoy representando?, ¿cómo va a ser consumido?, ¿qué tipo de imágenes estoy presentando?
Julieta Belazo
YH: ¿Dirías que tu pintura es emocional?
JB: Creo que sí. Yo soy una persona muy emocional. El hecho de que vea estas pinturas como retratos psicológicos hace muy difícil separarlos de la emoción. El reto que encuentro es cómo me hago de un rango de emociones más amplio: me pasa que muchas veces definen mi trabajo como tierno y no siempre viene desde un lugar de ternura, o sea, las experiencias de acuerpar muchas veces no son agradables.
Me pregunto, ¿cómo puedo presentar esto de forma más incómoda? o también a veces es rabia pero con una paleta que pueda engañar y en la primera capa veas algo dulce pero cuando la ves un poco más te das cuenta de que está medio rara esa figura. Me parece que todo esto viene de abrir el marco de las emociones y presentarlo a través de mi imagen.
¿Quién es Julieta Belazo?
Julieta Belazo es una artista plástica que trabaja entre Guadalajara y Chicago. Es candidata para la Maestría en Artes Plásticas en The School of the Art Institute of Chicago (2025). En 2020 obtuvo su BFA en Pintura por parte de Rhode Island School of Design. Su obra ha sido exhibida individualmente y colectivamente dentro de México y en el extranjero. Actualmente es acreedora de la Beca para estudios superiores por parte de la Fundación Jumex de Arte (2023-24).