Siempre que Netflix saca algo basado en alguna obra literaria, me muestro cauteloso. Así miré la mini serie Las muertas, de Luis Estrada. Más aún porque Las muertas se basó en un libro de Jorge Ibargüengoitia, uno de mis escritores favoritos. Pero a diferencia de Cien años de Soledad o Pedro Páramo (una me entretuvo y la otra me fue indiferente), me dejó una mejor sensación. No sé el motivo, pero intentaré explicarme.

Alguien podría pensar que es porque Cien años de Soledad y Pedro Páramo son obras universales, colosales, imposibles de trasladar al lenguaje audiovisual. Que en ese sentido, fuera más fácil llevar a la pantalla una obra de menor calibre, Las muertas. Bueno, si alguien dice eso es porque no sabe nada de nada de literatura.

Creo que tiene que ver con el hecho de que la obra de Luis Estrada en cierta forma tiene puntos de contacto con la obra de Jorge Ibargüengoitia. Ambos son críticos de la sociedad mexicana, son mordaces con sus arquetipos nacionales y utilizan el humor para ridiculizar situaciones culturales que nos son afines en México; ambos exploran el comportamiento de la clase política mexicana y exhiben el trasfondo corrupto de las instituciones del país. Pienso que para Luis Estrada, Las muertas se adaptaba totalmente a donde él mejor sabe desenvolverse.

Mujer parada con personas al lado sentadas frente a una mesa
Crédito: Juan Rosas / Netflix © 2025

Él comentó que esta obra llevaba obsesionándole desde que prácticamente la publicó Jorge Ibargüengoitia. Que se la propuso a un directivo de Netflix y este le dijo que sí, pero que tenía que ser una serie. Así es: es la primera serie de Luis Estrada. Son seis capítulos en total. Seis capítulos que Luis Estrada abordó como si fueran seis películas, como él dijo, rodando durante veintiún semanas. Cada uno comparte su propio arco narrativo y se enfoca en un determinado personaje, menos el último.

Las muertas es la historia de las hermanas Angela y Serafina Baladro. Ellas son madrotas y tienen sus burdeles en Plan de Abajo, el lugar ficticio con el cual Jorge Ibargüengoitia nombraba a Guanajuato. Gracias al soborno de las autoridades, logran prosperar en el negocio de la prostitución.

Fue un caso real. Las hermanas González Valenzuela, mejor conocidas como Las Poquianchis”, fueron unas madrotas de los años sesenta en Guanajuato, famosas por formar una red de prostitución en la región y haber asesinado a noventa y un mujeres que trabajaban para ellas. Jorge Ibargüengoitia tomó como base esa historia para crear a Las muertas; investigó a profundidad el juicio y el expediente criminal de las hermanas González Valenzuela y Luis Estrada y su equipo los archivos y periódicos de la época, para crear una ficción lo más fidedigna posible: Jorge Ibargüengoitia a los hechos, y Luis Estrada a la novela y escenografía.

Este proceso de investigación de Jorge Ibargüengoitia, detectivesca, es con el que Luis Estrada decide dar forma a su serie. Las declaraciones en primera persona de los personajes atrapados que recrean su versión de los hechos son el punto de partida con el que la historia se deshila, además los tipos de una máquina de escribir escriben los títulos que abren los capítulos. La muertas homenajean de esta forma a Jorge Ibargüengoitia y el guiño en el que el escritor aparece tan solo unas escenas es magnífico.

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Arcelia Ramírez es Arcángela, Paulina Gaitán es Serafina en "Las muertas". Crédito Juan Rosas / Netflix © 2025

En entrevista, Luis Estrada remarca que buscaba transmitir ese estilo humorístico de Jorge Ibargüengoitia. Aunque la serie en sí tiene momentos cómicos, no es el humor su principal eje. Lo que ocurre es que muchas veces se ha confundido el humor de Jorge Ibargüengoitia con la capacidad de hacer reír de sus textos. Si Jorge Ibargüengoitia hacía reír no era porque sus textos fueran intencionalmente graciosos, sino por algo más complejo que tiene que ver con el uso de la ironía. No abarcaré más este tema porque no es el texto para hacerlo, pero lo bueno de todo esto es que Luis Estrada entiende esa clave y eso es lo único que importa.

Por eso me gusta que Las muertas, la serie, no sea una repetición de Las muertas, la novela. Todos los pasajes que ocurren en la novela ocurren en la serie, pero Luis Estrada lo hace a su manera, ese estilo satírico que, al menos de lo que he visto de él, muestra su mejor versión, además añade de su cosecha ciertos guiños que no son de la novela, pero que lo parecieran. Incluso, ha comentado que la última parte sí es totalmente su invención.

Al tomar estos hechos de la vida real y novelarlo en este tono de sátira, de hechos escabrosos, irónicos y de humor negro, Ibargüengoitia invitaba mucho a darle vida a la historia, y creo que yo estaba destinado a encontrarme con él porque nuestras preocupaciones, el tono y género que manejamos siempre han sido similares.

Luis Estrada, director de Las muertas

Si tuviera que decir entonces cuál es la base de Las muertas, diría que es la exhibición de los males del ciudadano/a y el sistema en México. Este drama le permitió a Luis Estrada retratar de forma grotesca a todas las figuras que atraviesan el colectivo mexicano (aquí le da un repaso a los criminales, políticos, policías, gobernantes, jueces y hasta los periodistas) y llevarlas al terreno de lo que yo llamo el siniestro mexicano: esa cara oculta de la sociedad mexicana donde se muestran nuestros peores defectos, que en cada país varían; la idiosincrasia negativa: la peor forma de ser, pensar y actuar del mexicano/a dentro de un sistema fallido. Una historia que viene de siglos atrás. 

Pongo algunos ejemplos sin mencionar su contexto para no espoilear: el abandono en las comunidades vulnerables, la corrupción de las autoridades, los sobornos e influyentismo, el lenocinio, la lealtad ciega a la familia, el despecho amoroso y la venganza por amor, el amor incondicional de la madre a sus hijos/as aunque sean criminales, la masculinidad violenta, el machismo, la “ley de Herodes”. La historia de Las muertas lo ejemplifica con sus imágenes. Más que una burla es una obscenidad, por lo que mi risa viendo Las muertas no tuvo nada de divertida.

Mujer en fila posando en fotografía
(De izquierda a derecha) Mariané Cartas como Herminia, Patricia Loranca como Evelia, Yessica Barroto como Blanca, Fernando Bonilla como Ticho, Katia Rigoni como Felizia, Mauricio Isaac como La Calavera, Sofía Espinosa como María del Carmen, Sonia Couoh como Aurora y Fernanda Rivera como Luz María en "Las muertas". Crédito: Juan Rosas / Netflix © 2025

No estamos viendo una comedia en sí, repito. Es una puesta en escena que indirectamente hace reír por momentos, pero eso no es lo importante. Jorge Ibargüengoitia antes que nada fue dramaturgo. Luis Estrada dice que Las muertas tienen descripciones muy cinematográficas. Esto supone una construcción más rígida.

Como dije, Las muertas es una puesta en escena. Cada personaje tiene su propio arco narrativo. Jorge Ibargüengoitia se nutría de los géneros dramáticos para construir sus historias —el sainete, la zarzuela, el entremés—, y Las muertas no fue la excepción (aunque donde mejor se ve esto es en Los relámpagos de Agosto y Los pasos de López). Desde esa escuela dramática viene permeando la caracterización de los personajes: desde Jorge Ibargüengoitia hasta los personajes de Luis Estrada.

Por eso no entiendo las críticas que vi sobre el supuesto acartonamiento de los personajes de Luis Estrada. Que son muy planos, dicen. Pero si yo veo a La Escalera como un personaje muy complejo y el capitán Bedoya es probablemente uno de los mejores personajes que he visto en series o películas mexicanas de todos los tiempos (el Ticho es otro gran personaje, además de lo que para mí es una revelación: el talento de Paulina Gaitán). Su construcción tuvo que ser así, al borde de lo dramático (en el sentido teatral).

Bedolla es un ser despreciable, como realmente lo fue.

Joaquín Cosío, actor de Las muertas

Pero más allá de personajes, hay algunas escenas que me recordaron al Siglo de Oro. Y en momentos, el asunto se toma tan serio que te dan ganas de llorar de tristeza por lo que pasa. Esas escenas en particular se ve que Luis Estrada las preparó aparte, como haciendo un cine más sobrio, para llegar al corazón del espectador al hacer brotar la humanidad de un personaje en ese pequeño lapso de tiempo. Como si un personaje se quitara el disfraz de personaje y descubriéramos un ser humano de la vida real. Cuando vean a Blanquita lo entenderán. Yo creo que por el capítulo de Blanquita basta para poner a Las muertas como uno de los mejores estrenos del año. Tiene grandes actuaciones, un cine hecho a mano, qué más les puedo decir.

Hombre militar recargado con un cerillo en la mano
El capitán Bedoya en "Las muertas". Crédito Juan Rosas / Netflix © 2025

Hay gente que se ríe de cosas que no tienen ningún chiste. En Las muertas, por ejemplo, hay ciertas situaciones que a muchos dan risa. Que alguien crea que se puede curar a una persona planchándola puede ser ridículo, pero la situación no deja de ser terrible porque están matando a alguien.

Jorge Ibargüengoitia

Ficha técnica de Las muertas

Año / País: 2025 / México

Dirección: Luis Estrada

Guion: Luis Estrada, Jaime Sampietro y Rodrigo Santos, basado en la novela homónima de Jorge Ibargüengoitia.

Sinopsis: La serie adapta de manera ficticia el caso real de “Las Poquianchis”, un grupo de hermanas asesinas en serie que operaron en México entre las décadas de 1940 y 1960. Narra el ascenso y caída de las hermanas Serafina y Arcángela Baladro, quienes construyen un imperio de burdeles, y cómo su historia se entrelaza con la corrupción, la impunidad y la doble moral de la sociedad mexicana.

Productora: Bandido Films 

Plataforma de streaming: Netflix

Fecha de estreno: 10 de septiembre de 2025

Duración: 409 min. (Miniserie de 6 episodios)

Locaciones de rodaje: San Luis Potosí, Guanajuato y Veracruz.

Número de actores: Más de 150

Sets: 227

Las muertas se realizó sin intervenciones digitales